miércoles, 9 de julio de 2008

Día del niño

Este cuento es de mi amigo Ezequiel Pellicari

Día del Niño

Era un día muy especial, era el día del niño, donde se dan regalos y se pasa en familia.
Un día en Villa Del Parque un niño llamado Marcos (era callejero) como no tenía papá ni mamá fue a pedir plata en la calle para llegar a poder comprarse un regalo para él mismo, y también ir a un orfanato para poder hacer que lo adopten, por que la mayoría de las personas buscan chicos para adoptar.
Marcos fue al orfanato pero ya no había mas lugar para que entre y él no iba a cumplir su sueño de tener un regalo, pero no un regalo como todos juguetes, muñecas, etc. El quería un regalo de amor, que lo cuiden y que sea feliz
Este niño se fue a su rincón, donde “vivía” (en la calle) y pasó una familia muy contenta, y lo vieron a Marcos en el suelo llorando. A la mamá le dio lástima y le preguntó qué pasaba y el niño le contó.
Esta familia le ofreció a Marcos pasar el día del niño en su casa y Marcos aceptó.
Pasó el día y Marcos se estaba yendo, pero vieron los padres lo decepcionado que estaba, entonces le dejaron quedarse un tiempito más.
Los padres y la familia se encariñaron tanto pero tanto que lo adoptaron
Marcos estaba feliz de poder tener una familia que lo quiera y que lo ame.

FIN

lunes, 23 de junio de 2008

La planta de ¡ay!

Hace mucho tiempo vivía un hombre que tenía un ayudante medio tonto. Una vez le quiso hacer una broma. Así que un día le dijo – Ve a traerme una planta de soja y una planta de ¡ay! - Entonces el ayudante fue a un negocio y le dijo al vendedor – Déme una planta de soja y una planta de ¡ay! – El vendedor le dio la planta de soja, pero le dijo al asistente que no existía la planta de ¡ay!.
Cuando el pobre bobo se dio cuenta de el juego, le pidió a el hombre del negocio que le diera un cactus .
Cuando llegó a la casa del amo, el ayudante le dijo – Traje todo lo que me pidió. El amo sorprendido metió la mano en la bolsa y como primero estaba el cactus, el amo gritó – ¡Ay! - y el ayudante le dijo -¡cuidado! abajo están las plantas de soja.

sábado, 21 de junio de 2008

El hombre del escudo


En la época de Arturo, vivía un rey llamado Haselot que era el mejor amigo de Merlín. Ese rey era muy poderoso, tenia una espada larga y filosa, pero le faltaba su escudo. Merlín le había dicho a Haselot que si era un gran rey que peleara con el dragón Islumin, el dragón mas poderoso de todos. Pero Merlín no quería perder a su gran amigo.
Un día el rey Haselot fue a combatir al dragón. Cuando Merlín se enteró quiso impedirlo, pero era demasiado tarde, Haselot ya estaba por llegar a la guarida del dragón.
El gran rey sacó su espada y gritó lo mas fuerte que pudo .
El dragón Islumin salió .
La batalla fue absurda. Haselot no pudo clavarle la espada nunca a Islumin y el dragón escupía fuego y el pobre Haselot salía huyendo de miedo. De pronto el dragón le quitó la espada de un golpe a Haselot .
El dragón se estaba preparando para sacar el fuego de su boca. Entonces apareció Merlín y le tiró a nuestro héroe un escudo enorme que tenía una hache, el rey la agarró y cuando el dragón Islumin tiró fuego por su boca Haselot levantó el Escudó y el fuego no le hizo nada así que aprovechó y le clavó la espada en su punto débil, el cuello. Entonces Merlín le dijo a Haselot- yo lo llamo hache, el escudo magico-.
Así fue como el rey Haselot mató al dragón y con esa victoria hizo mas batallas y nunca perdió.

lunes, 2 de junio de 2008

Mi amigo es un alien

Era mi primera mudanza y yo estaba ansioso por el cambio de la casa. ¡uy! Me adelanté mucho, voy a volver a empezar. Hola, soy Ramón. Pero mis amigos me dicen Riki.
Como decía antes, me estaba mudando. Cuando estaba acomodando las cosas en mi nueva casa me di cuenta de algo: iba a llegar tarde a la escuela, entonces fui a toda velocidad.
Cuando volví, vino un chico que me invitó a jugar a la pelota. Yo acepté. Y desde ese día este nuevo amigo empezó a jugar conmigo todo el tiempo. Lo que sí… nunca me dijo su nombre. Hasta que un día me dijo -Riki tengo que decirte algo … ¡ah! -dijo-.
-Primero lo primero: mi nombre. Yo soy Cosmo. Lo que te quería decir es que soy un extraterrestre. Yo me horroricé, me horroricé tanto que me desmayé, y no es que soy un tonto porque no todos pueden creerle a una persona y menos cuando dice que es un extraterrestre .
Cosmo me despertó y cuando me levanté le dije -te creo… pero parecés un humano. Pero Cosmo me respondió -eso creés.
!De pronto se empezó a convertir en un verdadero alienígena! Con una cara verdaderamente fea y redonda -¿lo ves? -dijo él- siii -respondí. -Te lo quería decir porque hoy vuelvo a Marte y como vos sos un gran amigo te lo quise revelar.
Todo estaba tranquilo hasta que se escuchó un temblor. Entonces dije -¿Qué fue eso?
Es mi nave -dijo Cosmo-. Fue un placer conocerte -expresó-. Y yo agregué -se hace tarde, mejor andate -Y se marchó en una especie de un cigarrillo pero gigante.
Jamás lo volví a ver pero nunca daré a mi gran amigo, Cosmo, mi amigo alien.